Rumbo norte // sep 19, 2017
Tras finalizar la exposición de Alejandro Corujeira en nuestra galería del ático, hemos aprovechado el fin de semana para cumplir con dos visitas que teníamos pendientes en nuestro calendario. Al fin y al cabo ¿qué mejor forma de abrir la nueva temporada en nuestras galerías que haciendo un viaje y disfrutando de un poquito de Arte?
La primera parada de nuestro breve recorrido ha sido Kassel. Ubicada en el centro de Alemania, esta pequeña ciudad se convierte cada cinco años en la sede del proyecto artístico Documenta.
Este verano se celebraba la decimocuarta entrega de este evento en el que más de 200 artistas crean cada edición obras atendiendo a una temática o lema concreto. Normalmente, este hace referencia a importantes momentos de la historia y trata especialmente aspectos sociales, políticos y bélicos.
Este año, la idea común que reunía todas las instalaciones era la relación de Kassel con Atenas. Y es que, por primera vez en la historia de este festival artístico, no sólo la ciudad alemana ha ejercido como anfitriona, sino que también lo ha sido la capital griega. Todo un reto que ha dado lugar a dos eventos artísticos con una destacada presencia de notas helénicas.
Sólo tuvimos la oportunidad de visitar la primera de estas ciudades pero, en absoluto, hemos regresado decepcionados. Infinidad de piezas de todos los estilos, formatos, dimensiones y materiales, han tomado -literalmente- la ciudad. Al menos, así fue hasta este pasado domingo, 17 de septiembre.
Uno de los aspectos más positivos de este festival es que unas pocas -aunque impresionantes- instalaciones se exhiben en las calles, plazas y parques de Kassel, de manera que pueden disfrutarse como si de un pequeño museo al aire libre se tratara, para finalizar el recorrido en cualquiera de las exposiciones organizadas en el interior de algún edificio; ya sea un palacio, una galería o una estación ferroviaria subterránea.
A la exhibición de las piezas se le suman todo tipo de actividades culturales: charlas, performances, visitas guiadas en bicicleta, talleres… No falta detalle para convertir la visita a Kassel en toda una experiencia en la que el arte se fusiona a la perfección con el turismo y el entretenimiento.
Entre nuestras piezas favoritas estaba la instalación de la artista argentina Marta Minujín “The Parthenon of Books”. Una réplica a tamaño real del Partenón del Acrópolis de Atenas creada a partir de 100.000 libros procedentes de todo el mundo, que están o fueron censurados en distintos países. Una impactante estructura de 65 metros de profundidad que se eleva como un gran símbolo contra la censura y cuyo interior podía recorrerse como si de un edificio al uso se tratara.
Completamente diferente era la obra de la autora sueca Britta Marakatt-Labba, un detalladísimo bordado que a lo largo de 24 metros reflejaba escenas de caza, paisajes naturales, migraciones animales o rituales. Todo un mundo en miniatura creado a partir de hilo, aguja, y la imaginación y delicadeza de una gran artista.
Münster, aunque fue nuestra segunda parada, no se quedó atrás. Lo que allí nos esperaba era el “Skulptur Projekte Münster 2017”.
Este evento, que se celebra cada diez años desde hace ya cuarenta, reúne cada edición aproximadamente a una treintena de artistas internacionales. Sus instalaciones se sortean entre los espacios de exterior e interior, aunque estos últimos todavía suponen una clara minoría.
A diferencia de Kassel, las piezas expuestas en Münster interactúan mucho más con el entorno, de forma que están perfectamente integradas con el contexto de la ciudad; ya sea este la flora de un parque o el mobiliario urbano de una transitada calle.
Como el propio nombre de este proyecto artístico indica -Skulptur Projekte-, tradicionalmente se limitaba a piezas escultóricas y ha sido sólo en las últimas ediciones cuando se han creado intervenciones mucho más variadas. El mayor ejemplo de estas quizás sea la del artista Pierre Huyghe’s, una “obra” si es que podemos denominarla así, que consistía en la transformación espacial integral de un gran pabellón ubicado a las afueras de la ciudad.
La temática con la que cada autor participa en la exposición queda completamente a su elección, pero sí se aprecia una especial continuidad en el aspecto de la ecología, siguiendo la línea del GRAN Joseph Beuys.
La permanencia es otro de los principales aspectos del Skulptur Projekte ya que, aunque sólo tiene una duración de pocas semanas, en cada edición algunas de las piezas son adquiridas por la ciudad y acaban formando parte de ella de forma indefinida. Entre estas privilegiadas, encontramos una de autoría española: Susana Solano; creadora de una de las instalaciones participantes en la edición celebrada en 1987. Desde entonces, permanece junto a la Budden Tower, en el cruce de las calles Münzstraße y Am Kreuztor.
Algunas de las obras que nos gustaría destacar de la edición más reciente fueron las de Thomas Schütte -que también participó en anteriores ediciones del proyecto-, Hervé Youmbi, Justin Matherly, o la intervención paisajística, no carente de humor, de la artista Nicole Eisenman.
Esperamos que si pronto tenéis la oportunidad de viajar a Alemania, podáis visitar algunas de estas obras de arte que tanto nos han hecho disfrutar a nosotros durante los últimos días. Eso sí, no os hará falta ir tan lejos para poder ver las obras de nuestra próxima exposición. Por el momento, sólo podemos decir que se presentará a finales de mes en nuestro ático de Pascual y Genís 19 y que será una muestra colectiva que sentará las bases de una temporada muy especial para nosotros.
Entre gigantes // jun 28, 2017
Hay palabras que tienen una fuerza o un significado especial. Palabras que nos transmiten buenas sensaciones o recuerdos emocionantes y otras nos invitan a reflexionar o ¿por qué no? a soñar 😉
Para nosotros hay dos palabras que suenan cada año por estas fechas y que nos encanta escuchar: ART BASEL. Y allí hemos ido de nuevo, acompañando a nuestra directora Ana Serratosa, un año más.
¿Queréis saber lo que encontramos? Acompañarnos en esta mini-crónica que hemos escrito para vosotros donde os contamos lo más destacado de la feria.
De hecho, esta ya es la tercera entrada del blog en poquito tiempo que dedicamos en exclusiva a las visitas que hacemos a las ferias de arte internacionales. Primero fue ARCO Madrid, le siguió Art Brussels y, ahora, ha llegado el turno de Art Basel.
Quizás tendríamos que empezar a poner un nombre a esta serie de posts centrados en las ferias que visitamos a lo largo del año ¿qué tal “Fondo Arte por el Mundo”? aunque no es que sea demasiado original… lo reconocemos. Lo nuestro es más el Arte que la escritura así que, ¡vuestras propuestas serán más que bienvenidas!
Pero volvamos al tema de hoy: ART BASEL. En realidad, esta feria dedicada al arte contemporáneo cuenta cada año con tres ediciones celebradas en Hong Kong, Basilea y Miami. Siempre siguen el mismo calendario anual, teniendo lugar la primera de ellas en el mes de marzo en China, la segunda en junio en Suiza y, cerrando el año, la edición de diciembre en Estados Unidos.
Las tres ferias son igualmente importantes en cuanto a prestigio y relevancia en el panorama artístico. Aunque sí es cierto que si atendemos únicamente al número de galerías expositoras y a la cantidad de visitantes que recibe el evento, podríamos decir que la edición celebrada en Basilea es mayor que sus versiones americana y asiática. Quizás porque la tradición por el arte en Europa está más arraigada, aunque bien es cierto que el sector del arte se encuentra en un muy buen momento en todos los continentes, tanto a lo referente a los mercados como al talento.
Esta última edición de Art Basel traducida en cifras supuso una participación de 291 galerías, obras pertenecientes a más de 4.000 artistas y una afluencia de público superior a las 70.000 personas.
Este año, además, ha sido uno de los más concurridos y excitantes que recordamos en Fondo Arte-AS. Durante los días que duró la feria pudimos ver un sinfín de performances -sin duda más que en ediciones anteriores- y nos ha llamado la atención el número de piezas que incorporaban arte en vivo, es decir, actores y actrices que formaban parte de la propia obra, interactuando con ella y convirtiéndola en un espectáculo destinado también al entretenimiento. Entre estas encontrábamos la creación de Donna Huanca (Chicago, 1980) o del también americano John Baldessari (National City, 1931).
Art Basel siempre es el lugar idóneo para dar a conocer al mundo obras inéditas, pero en esta ocasión también se dejaron ver muchas piezas datadas de los años 60, 70 y 80. Creaciones que perfectamente competían en protagonismo con otras mucho más actuales, tanto en su temática social como en la utilización de la tecnología.
Entre estas obras ya conocidas podríamos mencionar el “Metal Forest” o bosque metálico de Paolo Icaro. En 1967, este autor italiano construyó esta instalación con la finalidad de ser recorrida por el visitante. Ya entonces, no sólo tenía el objetivo de ser admirada sino, sobre todo, EXPERIMENTADA. Un concepto muy presente también en otras instalaciones expuestas durante la feria como “Through the Wall” del artista chino Song Dong (Beijing, 1966), o “Amerikkka” de Cildo Meireles (Río de Janeiro, 1948). Esta última, creada con la friolera cifra de 40.000 balas que pendían sobre una plataforma cubierta por 20.000 huevos de madera. Una propuesta nuevamente creada para despertar los sentidos del público y que, por supuesto ¡no dudamos en experimentar por nosotros mismos!
De la década de los 80 destacó “Blue Star Linz”, del artista Otto Piene. Una instalación de tamaño colosal que podía verse desde prácticamente cualquier punto del pabellón “Unlimited”. Y no fueron pocas las obras de dimensiones gigantestas que llenaron la feria, pues las creaciones de Jenny Holzer (Gallipollis, 1950), Secundino Hernández (Madrid, 1975) o Phyllida Barlow (Newcastle, 1944) no se quedaban cortas en dimensiones ni originalidad.
En Fondo Arte-AS siempre decimos que en gustos no hay nada escrito y este año hemos elegido como nuestra obra favorita: “Cooking the World” de Subodh Gupta (Khagaul, 1964). Creada con sartenes, ollas y todo tipo de viejos utensilios de cocina colgados del techo, este artista ha creado la estructura de una casa en el interior de la cual, cada día podían sentarse a comer 40 personas. Toda una experiencia que nos enseña que podemos llevar nuestras raíces y tradiciones allá donde vayamos y crear con ellas nuestro propio lugar, donde quiera que estemos.
¿Qué deparará la próxima edición de Art Basel? No podemos esperar para averiguarlo ¿nos acompañaréis?
Nuevas incorporaciones // jun 15, 2017
Valencia, desde esta semana pasada, cuenta con dos nuevas obras que se suman al patrimonio artístico y cultural de la ciudad.
Algunos de vosotros seguro que ya las conocéis, porque se instalaron en el antiguo cauce del Turia el pasado mes de noviembre. Se crearon como parte del proyecto “Ecos de la memoria 2016” que, como muchos recordaréis, fue protagonizado por el autor Bob Verschueren; uno de los máximos referentes en las corrientes del “Natural Art” y “Land Art”.
Pues bien, una vez concluido dicho proyecto, Fondo Arte-AS y los patrocinadores de “Ecos” –Olivares Consultores y Doctores Gandía & Aguiló Identis– han decidido donar dos de las instalaciones a la ciudad, para que formen parte de ella de manera permanente.
“Hanging Nest” y “Creepy Shape” son los nombres de las obras donadas y podéis encontrarlas en el tramo XIV del antiguo cauce del Turia, completamente integradas en el paisaje del parque, en el lado más próximo al paseo de la Alameda.
Hace unos días, como ya compartimos en nuestras redes sociales, celebrábamos también un pequeño acto para la donación de las dos instalaciones y en él pudimos contar con la presencia de nuestros sponsors, Luz Aguiló y Mario Olivares; la directora de nuestros espacios, Ana Serratosa; la Concejal de Cultura del ayuntamiento de Valencia, Gloria Tello y la jefa de Patrimonio Artístico y Cultura, Marta García.
Junto a las esculturas, además, se ha instalado un tótem conmemorativo de la donación, en el que podréis encontrar información de las instalaciones, así como bocetos inéditos creados por el artista, desde donde Bob Verschueren partió para la posterior creación de las esculturas.
Por nuestra parte, sólo nos queda decir: “¡Bienvenidas a Valencia!”