Rumbo norte
Tras finalizar la exposición de Alejandro Corujeira en nuestra galería del ático, hemos aprovechado el fin de semana para cumplir con dos visitas que teníamos pendientes en nuestro calendario. Al fin y al cabo ¿qué mejor forma de abrir la nueva temporada en nuestras galerías que haciendo un viaje y disfrutando de un poquito de Arte?
La primera parada de nuestro breve recorrido ha sido Kassel. Ubicada en el centro de Alemania, esta pequeña ciudad se convierte cada cinco años en la sede del proyecto artístico Documenta.
Este verano se celebraba la decimocuarta entrega de este evento en el que más de 200 artistas crean cada edición obras atendiendo a una temática o lema concreto. Normalmente, este hace referencia a importantes momentos de la historia y trata especialmente aspectos sociales, políticos y bélicos.
Este año, la idea común que reunía todas las instalaciones era la relación de Kassel con Atenas. Y es que, por primera vez en la historia de este festival artístico, no sólo la ciudad alemana ha ejercido como anfitriona, sino que también lo ha sido la capital griega. Todo un reto que ha dado lugar a dos eventos artísticos con una destacada presencia de notas helénicas.
Sólo tuvimos la oportunidad de visitar la primera de estas ciudades pero, en absoluto, hemos regresado decepcionados. Infinidad de piezas de todos los estilos, formatos, dimensiones y materiales, han tomado -literalmente- la ciudad. Al menos, así fue hasta este pasado domingo, 17 de septiembre.
Uno de los aspectos más positivos de este festival es que unas pocas -aunque impresionantes- instalaciones se exhiben en las calles, plazas y parques de Kassel, de manera que pueden disfrutarse como si de un pequeño museo al aire libre se tratara, para finalizar el recorrido en cualquiera de las exposiciones organizadas en el interior de algún edificio; ya sea un palacio, una galería o una estación ferroviaria subterránea.
A la exhibición de las piezas se le suman todo tipo de actividades culturales: charlas, performances, visitas guiadas en bicicleta, talleres… No falta detalle para convertir la visita a Kassel en toda una experiencia en la que el arte se fusiona a la perfección con el turismo y el entretenimiento.
Entre nuestras piezas favoritas estaba la instalación de la artista argentina Marta Minujín “The Parthenon of Books”. Una réplica a tamaño real del Partenón del Acrópolis de Atenas creada a partir de 100.000 libros procedentes de todo el mundo, que están o fueron censurados en distintos países. Una impactante estructura de 65 metros de profundidad que se eleva como un gran símbolo contra la censura y cuyo interior podía recorrerse como si de un edificio al uso se tratara.
Completamente diferente era la obra de la autora sueca Britta Marakatt-Labba, un detalladísimo bordado que a lo largo de 24 metros reflejaba escenas de caza, paisajes naturales, migraciones animales o rituales. Todo un mundo en miniatura creado a partir de hilo, aguja, y la imaginación y delicadeza de una gran artista.
Münster, aunque fue nuestra segunda parada, no se quedó atrás. Lo que allí nos esperaba era el “Skulptur Projekte Münster 2017”.
Este evento, que se celebra cada diez años desde hace ya cuarenta, reúne cada edición aproximadamente a una treintena de artistas internacionales. Sus instalaciones se sortean entre los espacios de exterior e interior, aunque estos últimos todavía suponen una clara minoría.
A diferencia de Kassel, las piezas expuestas en Münster interactúan mucho más con el entorno, de forma que están perfectamente integradas con el contexto de la ciudad; ya sea este la flora de un parque o el mobiliario urbano de una transitada calle.
Como el propio nombre de este proyecto artístico indica -Skulptur Projekte-, tradicionalmente se limitaba a piezas escultóricas y ha sido sólo en las últimas ediciones cuando se han creado intervenciones mucho más variadas. El mayor ejemplo de estas quizás sea la del artista Pierre Huyghe’s, una “obra” si es que podemos denominarla así, que consistía en la transformación espacial integral de un gran pabellón ubicado a las afueras de la ciudad.
La temática con la que cada autor participa en la exposición queda completamente a su elección, pero sí se aprecia una especial continuidad en el aspecto de la ecología, siguiendo la línea del GRAN Joseph Beuys.
La permanencia es otro de los principales aspectos del Skulptur Projekte ya que, aunque sólo tiene una duración de pocas semanas, en cada edición algunas de las piezas son adquiridas por la ciudad y acaban formando parte de ella de forma indefinida. Entre estas privilegiadas, encontramos una de autoría española: Susana Solano; creadora de una de las instalaciones participantes en la edición celebrada en 1987. Desde entonces, permanece junto a la Budden Tower, en el cruce de las calles Münzstraße y Am Kreuztor.
Algunas de las obras que nos gustaría destacar de la edición más reciente fueron las de Thomas Schütte -que también participó en anteriores ediciones del proyecto-, Hervé Youmbi, Justin Matherly, o la intervención paisajística, no carente de humor, de la artista Nicole Eisenman.
Esperamos que si pronto tenéis la oportunidad de viajar a Alemania, podáis visitar algunas de estas obras de arte que tanto nos han hecho disfrutar a nosotros durante los últimos días. Eso sí, no os hará falta ir tan lejos para poder ver las obras de nuestra próxima exposición. Por el momento, sólo podemos decir que se presentará a finales de mes en nuestro ático de Pascual y Genís 19 y que será una muestra colectiva que sentará las bases de una temporada muy especial para nosotros.