“No es necesario saber de arte para disfrutar de mi trabajo”
El Cultural _ 15 Nov 2012
El artista inaugura hoy el Proyecto Alameda Llum, una intervención en Valencia, en el antiguo cauce del Turia
Erase una vez un pintor que descubrió la fotografía y dejó de pintar. Así podría empezar la historia reciente de Javier Riera (Avilés, Asturias, 1964), bien conocido hasta 2008 por sus cuadros, abstracciones “de raíz lírica y sensible” -como dice Santiago Olmo en el texto que acompaña al proyecto-, y que desde aquel año, y a partir de un trabajo realizado en el Espacio Uno del Reina Sofía, cambio pinceles por cámara, luz y proyectores y comenzó el segundo capítulo de su trayectoria como artista: fotografías y proyecciones que relacionan y enlazan geometría con vegetación y que derivan en una suerte de nuevo paisaje que surge de la magia de la naturaleza y de la percepción. Desde entonces, el proyecto ha ido creciendo y desemboca ahora e ésta, su intervención pública más ambiciosa hasta el momento, Alameda Llum, una iniciativa del Fondo Arte-AS, que podrá verse en Valencia, en el antiguo cauce del Turia hasta el 28 de diciembre.
Pregunta.- Se trata de una gran intervención pública, ¿en qué consiste?
Respuesta.- Es, de hecho, una muestra sin precedentes en mi trabajo, mi mayor intervención pública, puesto que va a estar un mes y medio con once proyectores instalados permanentemente en el parque. Se trata de un recorrido de unos 200 metros a lo largo del cual el paseante se encuentra con las proyecciones sobre la vegetación. Podríamos compararlo a la presencia de esculturas en un parque, solo que en este caso están hechas de luz y sólo son visibles desde el anochecer.
P.- Proyecciones siempre de formas geométricas.
R.- Sí, formas geométricas sobre la vegetación. Me interesa el hecho de que lo que dibuja y configura la geometría sea una materia tan intangible como la luz. Con ello busco un efecto que llamaría resonancia entre la geometría proyectada y el paisaje. El espacio público es una salida natural desde mi trabajo fotográfico, ya que siempre intervengo en la vegetación directamente y no sobre una imagen en ordenador, por ello tiene mucho sentido hacerlo aquí.
P.- ¿De dónde viene su interés por la geometría?
R.- En su origen me interesaron mucho las ideas de Palazuelo, que son a su vez elaboración de otros autores que han trabajado la geometría como elemento visual con la capacidad de describir la parte intangible, energética de la naturaleza, previa a la materia. Esto tiene una traducción científica, la descripción precisa del mundo pasa por la física, las matemáticas y la geometría, hasta el punto de que podemos encontrar una proximidad significativa entre los conceptos de místicos y científicos. La geometría lleva asociada algo así como una onda, una vibración que no puede ser representada de otro modo.
P.- ¿Cuál es la importancia del paisaje en su obra?
R.- De las posibilidades que tiene el arte la que más me interesa es la de ser descripción de una fenomenología de la realidad que nos afecta directamente. Me interesa lo que el arte tiene de experiencia compartida basada en la comprensión o descripción de aspectos de la realidad que no son fáciles de captar a primera vista. En ese sentido el paisaje es el escenario perfecto, una forma de ordenar el espacio, una construcción. Un espacio exterior, ajeno, sobre el que se da una proyección cultural y emocional.
P.- ¿Cómo ha transcurrido el cambio de la pintura a las proyecciones?
R.- Mi momento para dar ese paso fue en 2008, cuando expuse en el ciclo Producciones del Reina Sofía. El requisito era que el artista hiciera una propuesta innovadora respecto a su trabajo anterior y eso me permitió investigar a fondo este camino. El paso del lienzo a la intervención en el paisaje fue natural en artistas de Land Art, como Robert Smithson, y a la vez es un cambio de cualidad irreversible. En la práctica pinto con la luz sobre el paisaje, y mi mirada es originalmente de pintor. No soy un fotógrafo sino alguien que interviene sobre el paisaje y la luz es el elemento central, la materia de la intervención.
P.- ¿Cómo interactúa el público con este tipo de trabajos?
R.- El público de un parque es muy variado y por las reacciones que observo el espectador se encuentra con algo que le sorprende y ante lo que no tiene que demostrar ningún conocimiento previo específico. No es necesario saber de arte para disfrutar de este trabajo, lo cual me agrada enormemente, y puede incluso que no sea clasificado como arte. Mi intención es que sea algo especial para quien lo ve, que tenga un efecto beneficioso en el espectador, que le lleve, en la medida de lo posible, a un lugar donde no ha estado antes o donde quizá si ha estado y sin saberlo desea volver.
P.- ¿Cuál es para usted el papel del artista?
R.- Creo que la función del arte es ampliar la conciencia de lo que somosy lo que estamos haciendo, profundizar bajo la capa más superficial de la percepción y el análisis de la realidad.
P.- ¿Cómo ve la situación del arte y de los artistas hoy?
R.- Antes de hablar de ello aisladamente es necesario intentar comprender el modo en que hemos llegado a esta situación y preguntarnos qué opciones teníamos frente a la gran especulación global, la banca y los políticos. Un devenir económico aberrante e impune mientras occidente soñaba con el confort como objetivo vital. Lo peor es que en la práctica apenas hay cauces para que el ciudadano actúe, las manifestaciones parecen una alegre celebración frente a la violencia de la ejecución de los desahucios. La situación del arte parece irreversible, se está en el arte porque es una prioridad vital para los que lo hacen. Ahora, como en tantos otros sectores, magníficos profesionales pasan a estar fuera del sistema económico y como digo, continuamos sin medios de defensa, fingiendo que importa quien gobierne.