UNA CITA CON EL ARTE EN BRUSELAS
UNA CITA CON EL ARTE EN BRUSELAS // 27/04/2017
Esta semana pasada, con motivo de la celebración de la feria ART BRUSSELS, tuvimos el privilegio de viajar a la capital belga para ser testigos de uno de los principales eventos del panorama artístico internacional.
Toda una semana en la que Bruselas se transforma en un lienzo en blanco para acoger, en paralelo y previamente a la feria, multitud de exposiciones, inauguraciones, charlas y todo tipo de actos que se mueven en torno a un único factor común: el ARTE CONTEMPORÁNEO.
Si bien es cierto que ART BRUSSELS no es una las ferias más grandes que a día de hoy se celebran, ni en cuanto a espacio físico, ni en cuanto a cantidad de participantes se refiere, sí es una de las más antiguas y prestigiosas, y viene celebrándose cada primavera desde 1968.
Durante apenas tres días, desde el viernes 21 al domingo 23 de abril, coincidieron en un mismo espacio 144 galerías procedentes de 28 países. Las galerías Lelong (París), Mario Mauroner (Viena y Salzburgo) o Bernier/Eliades (Atenas y Bruselas) fueron algunas de las más destacadas pero… ¿por qué mejor no empezamos por el principio?
La primera parada durante nuestra estancia en Bruselas no podía ser otra que la galería ARTISCOPE. Un espacio de ambiente clásico, dirigido por Zaira Mis y ubicado en la planta principal de un pequeño edificio tradicional belga.
Esta galería es casi una institución, ya que fue una de las principales precursoras del Arte Povera desde los años 70 y un referente de esculturas a gran escala en espacios privados y públicos.
Nuestro recorrido continúa hacia la denominada Maison Particulière, un edificio antiguo ubicado en el centro de la ciudad. Sus dueños, el matrimonio compuesto por Amaury y Myriam de Solages, decidieron rehabilitarlo y convertirlo hace ya más de 5 años en un centro abierto en el que poder compartir con los demás su pasión por el arte.
Con el lema “From here to eternity” (de aquí a la eternidad), esta casa realmente particular alberga a lo largo de tres plantas una gran selección de obras e instalaciones, cuya exposición establece un paralelismo con el ciclo vital: en el nivel inferior, las obras nos hablan del pasado, el origen y el misterio de la vida; la segunda planta, sin embargo, nos habla del aquí y el ahora; y finalmente, el último piso, es una reivindicación a lo que está por llegar, el futuro y la eternidad.
Lo más llamativo de este increíble espacio es que es un proyecto sin ánimo de lucro. Todas las obras que alberga han sido cedidas al matrimonio de Solages por coleccionistas privados que, con el apoyo de unos pocos patrocinadores, han creado esta recomendadísima exhibición. En ella hemos encontrado piezas de Jean-Michel Basquiat, Paul McCarthy, René Magritte, Andy Warhol, Auguste Renoir y, entre ellos, cómo no, uno de nuestros grandes artistas: Bernardí Roig, con su obra “Resonancia(s)”.
Nuestro recorrido por Bruselas prosigue durante los días siguientes con visitas a las galerías Xavier Hufkens, Valérie Bach, o La patinoire Royale (la pista real), donde actualmente se puede visitar la exposición del recientemente fallecido artista Hassan Sharif.
El viernes, finalmente acudimos a la esperada feria y esta no defraudó. Las demás visitas e inauguraciones fueron un excelente aperitivo pero el plato principal… sin duda mereció la espera.
Como elemento a destacar, la tecnología. Esta, ya presente en infinidad de sectores, se abre paso de un modo cada vez más notable en el mundo del arte. Los materiales y soportes convencionales ceden en cada edición más y más espacio a obras interactivas, juegos caleidoscópicos, instalaciones en movimiento, multimedia e, incluso, a obras desarrolladas en realidad virtual.
La utilización de la luz artificial como elemento artístico que ya vimos en ARCO se palpó también en Bruselas, especialmente a través del neón y los fluorescentes. Estos últimos, transformados más que nunca en palabras escritas para la posteridad.
De nuevo pudimos disfrutar de obras con nombre español como Bernardí Roig y Jaume Plensa, quien presentaba una serie de cabezas de bronce que ya alcanzan precios muy superiores a los que encontrábamos hace sólo unos años.
Con Masimba Hwati, por ejemplo, vimos que de nuevo se convierte en tendencia artística la reutilización de materiales y la reinvención de objetos. Como también regresan las referencias a la religión, la naturaleza, el mundo animal o elementos de la cultura pop.
En resumen, muchos artistas nos mostraron en este escenario único de Bruselas que no existen las limitaciones materiales o perceptuales y que, soportes “planos” como el lienzo, se convierten como nunca antes en tridimensionales a través de la creación de volúmenes y texturas imposibles.
En Fondo Arte-AS ya tenemos marcada en el calendario la próxima edición de Art Brussels. Pero hasta entonces, ¿qué os parece un pequeño recorrido por algunos de los stands que pudimos ver la semana pasada?