Fondo Arte-AS y los precursores del arte
Durante las últimas semanas hemos compartido con todos vosotros, paso por paso, cómo ha sido la creación de nuestro proyecto artístico al aire libre: “Ecos de la memoria 2016”.
Fotografía de las instalaciones “The Worker’s Wings” y “Water Lilies”, de Ecos de la memoria.
Desde el inicio, en Fondo Arte-AS hemos querido que forméis parte de esta exposición tan especial y habéis sido nuestros compañeros de viaje en esta aventura: conociendo a Bob Verschueren, descubriendo algunas de sus obras, siendo testigos del trabajo que realizamos en nuestros espacios, etc.
Sin embargo, somos conscientes de que siempre os hablamos desde el punto de vista de una galería de arte o, incluso, en alguna ocasión, desde la perspectiva del propio artista. Pero existe una figura de la que apenas se habla y sin la que no sería posible la creación de proyectos de esta magnitud. Nos referimos al patrocinador.
En el mundo del arte, la figura del patrocinador va muy unida a las propias obras, ya que a menudo forma parte de su propio “ciclo de vida”; de la misma manera que lo hacen comisarios, críticos, marchantes o casas de subasta, entre otros.
Un poco de historia
Ya en el Arte Antiguo la mayoría de las obras se creaban a petición de la Iglesia y los mandatarios políticos, y eran estos quienes asumían los gastos. Esto se llevó a la práctica especialmente en lugares y épocas de esplendor económico, como el Imperio Romano; aunque posteriormente a este la costumbre fue en decadencia hasta la llegada de la Baja Edad Media, cuando resurge nuevamente.
No obstante, no es hasta el Renacimiento cuando nace el denominado mecenazgo moderno y con él patrocinadores del mundo del arte como Alfonso V de Aragón, la familia Sforza, Luis III Gonzaga, o Federico III da Montefeltro.
“Díptico del Duque de Urbino”, donde aparecen retratados Battista Sforza y Federico da Montefeltro. Obra del artista Piero della Francesca.
Sin embargo, hay un nombre que destaca cuando hablamos de los grandes mecenas de la historia: la dinastía de los Médici, una de las familias más poderosas de Florencia durante los siglos XV y XVI. Fueron sus miembros más notables quienes apoyaron económicamente a artistas de la talla de Botticelli, Donatello, da Vinci o Miguel Ángel. Y es principalmente en este contexto cuando se produce una evolución en la figura del artista, a quien por fin se le da, no sólo mayor libertad en sus creaciones, sino reconocimiento público y un mayor prestigio social.
Muchísimo tiempo ha transcurrido desde el Renacimiento y la labor del mecenazgo ha seguido evolucionando para dar lugar al patrocinio tal y como lo conocemos hoy en día; también denominado, por cierto, sponsorización, especialmente en el mundo del deporte y la competición.
Al contrario de lo que sucedía en el pasado, el peso de una acción de patrocinio raramente se pone en manos de una persona o apellido, sino más bien, de una institución, fundación o empresa; y es esta la que presta apoyo económico (u otro tipo de colaboración acordada) a un determinado proyecto que considera de su interés. Esta afinidad normalmente responde a que ambos implicados, patrocinador y patrocinado, o institución y artista o proyecto, encuentran un punto en común en los valores e ideas que representan.
En las próximas semanas, os contaremos algunas de las historias que hay detrás de los patrocinadores con los que en Fondo Arte-AS hemos tenido el privilegio de trabajar para la creación de “Ecos de la memoria 2016“. Podréis conocer qué lleva a una marca a implicarse en un proyecto artístico, o cuál ha sido su papel dentro de este. Pero para eso, tendréis que esperar y… ¡estar atentos a las próximas publicaciones de nuestro blog!
Tótem informativo, ubicado en el río, junto a las obras del artista Bob Verschueren.
