Nada es lo que parece
La escultura abandona a principios del siglo XX el pedestal para nacer directamente desde el suelo, trepar por las paredes o quedar suspendida en el aire como los pájaros. Medardo Rosso y Auguste Rodin son los primeros artistas que a principios dl siglo XX pretenden terminar con ese concepto de la escultura como monumento colocado en un lugar concreto con un significado definido. A partir de entonces, todo vale. Picasso traslada en su (1909) los principios cubistas a un objetivo verdaderamente tridimensional que se puede contemplar desde distintos puntos de vista, Bracusi erige en Targu Jiu todo un territorio escultórico compuesto por ” La puerta del beso” y “La columna sin fin”, y Julio González intenta “dibujar en el espacio” con el hierro forjado. Se ha iniciado un nuevo camino y serán innumerables los artistas que dejarán de contemplar la escultura como un monumento para verla como una obra que convive con el espectador en muy diversos espacios y desde diferentes puntos de vista.
La obra de la pareja de artistas compuesta por Julia Venske (Berlín 1971) y Gregor Spänle (Munich 1969) es un ejemplo de esa evolución de la escultura. El visitante que entre en la galería de Ana Serratosa se encontrará con diversas formas orgánicas que parecen reptar en una esquina, otras que se deslizan por la pared y algunas de bronce, que dialogan con el espectador y con el espacio en el que han sido instaladas.
Algunas de estas esculturas tienen entidad propia pero otras interacciones con objetos pertenecientes a la vida cotidiana como puede ser una botella de cerveza o un radiocasete. Venske & Spänle se acercan así al pop que incluye en sus obras objetos pertenecientes a la cultura de masas. Sin embargo, su trabajo, tal y como afirma Javier Hontoria en el texto que acompaña a esta exposición, estaría mas cerca del realizado por el austriaco Erwin Wurm, cuyo trabajo ha podido contemplarse también en este espacio artístico. En la obra de Wurm se difuminan los limites entre las distintas disciplinas artísticas y nos obliga a repensar el concepto mismo de escultura.
Otra de las características principales del trabajo de esta pareja es el uso de mármol como uno de sus materiales preferidos. Si miguel Ángel ya consiguió en su día transformar un duro e inexpresivo bloque de mármol en una obra de arte tan delicada como “La piedad” o “Los esclavos”, Venske & Spänle consiguen también romper esa dureza del mármol para convertirlo en un material fácilmente maleable que adopta formas livianas a las que parecen dotar de movimiento. Tanto el mármol como el bronce pasan de tener una apariencia sólida y pesada a transformarse en esas obras en unos materiales ligeros y viscosos mas cercanos en apariencia a lo liquido que a lo solido.
En definitiva una buena ocasión para abandonar los prejuicios y dejarse llevar por una obra contemporánea que se ha expuesto en ciudades como Nueva York, Berlín, Los Ángeles, Sydney o Zurich y que nos recuerda que nada es lo que parece.